miércoles, 17 de diciembre de 2014

Vísperas de... reflexión

 Quizás esa madrugada lluviosa era solo un aviso de que se venía un cambio, un gran cambio en un año que parecía comenzar muy sereno. Madrugada la cual, por suerte, solo quedó en un cuento que puedo relatar y hasta con un poco de gracia si el entorno acompaña.

 Hoy es tiempo, mejor dicho, tengo el tiempo de parar la bocha y levantar la cabeza para ver el panorama. También para mirar atrás, solo un poco -y con nostalgia por cierto-, y poder vislumbrar lo que fue este año para aprender de los errores y disfrutar de los triunfos. Esto de parar la pelota claramente no es mi fuerte, aunque sería bueno incorporarlo de a poco.

 No es raro que para esta fecha recurra a este espacio para desahogar algunos de mis pensamientos que, de otra manera, es difícil que salgan de mi, a no ser por alguna charla aislada con una persona desconocida que, de repente, se parece demasiado a uno, o por lo menos eso parece durante ese instante, pero que le hacen bien al alma.

 Retomando un poco, puedo decir que este año me agarró de imprevisto porque, casi sin darme cuenta, me encontré formando parte de algo en lo cual antes no veía con buenos ojos, y mucho menos creía poder ser parte debido al desconocimiento y quizás también a la inflexibilidad. Mucho menos hubiera adivinado estar hoy donde (si me permiten el cambio de persona) estamos un grupo de locos (de estos que siempre andan dando vueltas solos, hasta que al encontrarse generan algo grande) que nos encontramos y sin conocernos nos pusimos a trabajar con un objetivo común y sin descanso, solo sabiendo por qué lo hacíamos. Se puede decir que el entorno fue (y sigue siendo) quien nos "obligó" a cambiar y a movernos. Aunque también puedo decir que hubo otros entornos que me dieron vuelta los pensamientos sobre la vida misma y lo que moviliza su existencia durante este año.

 La verdad que no podría predecir lo que me pasará el año que viene, dado a que nunca es como lo imaginamos en sus comienzos, ni mucho menos todos nuestros planes se transforman en hechos. Por eso, lo mejor que podemos hacer es elegir nuestro entorno, teniendo en cuenta qué queremos (si es que lo queremos) mejorar, para facilitar la elección y el cambio mismo, ya que si algo no está escrito en nuestros genes, es nuestro destino, mas si debemos aprovechar su flexibilidad ante distintas experiencias.

Entonces, que mejor que aprovechar estas fechas para reflexionar y, no planear -algo que me cuesta bastante-, sino visualizar el futuro que queremos de forma de encontrar el camino correcto (aunque no ideal) que nos lleve hacia nuestros objetivos.

Como de costumbre, no puedo evitar cerrar sin una frase...

"Sólo quiero a mi alrededor, personas que me quieran a su alrededor..."

No hay comentarios:

Publicar un comentario